Quantcast
Channel: Catcakes - Repostería Creativa
Viewing all 67 articles
Browse latest View live

Cupcakes de limón (o lima) con merengue

$
0
0
Hace unos días mi madre me pidió que le tradujera un par de recetas del libro de Primrose Bakery, unos cupcakes de limón y otros de lima, con merengue por encima.
Me dijo que los haría en el fin de semana, pero como estaba haciendo tanto calor, se fue haciendo la loca, dedicándo las tardes a hacer florecitas de fondant (menudo vicio le ha dado), hasta que al final me ha tocado hacerlos a mi.
Y yo que estaba esperando librarme del calor del horno... Por suerte ha refrescado un poquito y no he muerto en el intento.


Necesitaba unos cupcakes para llevarlos al trabajo y celebrar el cumple de un compi, además quería aprovechar uno de ellos para hacer un tutorial de tulipanes que tengo pendiente. De paso estrenaba el libro de recetas de Primrose, que ya me estaba llamando desde la estantería.
Como mi madre quería probar los de lima, pero yo prefiero siempre el limón, al final hice de los dos y así podía dejar algunos en casa.


Para hacer los de lima, tan solo hay que cambiar el limón por lima. Y hacer el lemon curd con lima en lugar de con limón.
En esta ocasión, el lemon curd lo hizo mi madre y le dio por mezclar lima con limón, así que lo hizo con zumo de limón y ralladura de lima.
La receta es en teoría para 12 cupcakes, pero a mi me sobró para hacer otros 12 minicupcakes de cada receta.



Ingredientes
Bizcocho
    • 110g mantequilla sin sal
    • 200g azúcar
    • 25g azúcar moreno
    • 2 huevos (tamaño L)
    • 90 ml de leche semi-desnatada
    • 30ml de zumo de limón recién exprimido
    • 150g de harina para bizcochos (con levadura incluida)
    • 125g de harina
    • 1 cucharada de nata agria
    • 1 cucharadita de ralladura de limón
    • 12 cucharaditas de lemon curd
      Merengue
      • 4 claras
      • 225g de  azúcar
      • Ralladura de lima para decorar (opcional)
      Preparación

      Precalentamos el horno a 180º y preparamos 12 cápsulas.
      Mezclamos la mantequilla y el azúcar hasta que se aclare y esté cremosa. Añadimos los huevos de uno en uno y mezclamos bien antes de añadir el siguiente. 
      Medimos la leche en una jarra, añadimos el zumo de limón y la nata agria y mézclamos.
      La nata agria la compraba en carreour, pero han dejado de traerla, asi que lo hice con creme fraiche. Se le añade un poquito de zumo de limón y se deja reposar unos minutos.
      Tamizamos las harinas juntas en un bol. Incorporamos la harina y la leche con el limón a la mezcla de azúcar y mantequilla, alternándolas y dejando que se mezclen bien antes de seguir añadiendo, después incorporamos la ralladura de limón. 
      Llenamos las cápsulas 2/3 y hornéalo en el centro del horno durante 25 minutos. Para comprobar que están hechos pinchamos uno de los cupckes en el centro y si el palillo sale limpio es que ya está.
      Los cupcakes deben tener un color amarillo dorado clarito incluso cuando están hechos. 
      Dejamos enfriar los cupcakes 10 minutos en el molde y los pasamos a una rejilla para que se enfríen totalmente.


      Una vez que estén fuera del horno, reducimos la temperatura a 160º, para terminar los cupcakes con el merengue más tarde. 
      Cuando los cupcakes estén fríos, hacemos un agujero en cada uno e introducimos una cucharadita de lemon curd. En este caso, la ralladura de limón de la receta del lemon curd, la hemos cambiado por ralladura de lima (cosas de mi madre y su obsesión con la lima).

      Para preparar el merengue, batimos las claras hasta que formen picos duros. Cuando veamos que se mantiene totalmente firme.
      Añadimos una cucharada del azúcar y batimos hasta que esté bien incorporado. Añadimos el restante y batimos bien hasta que la mezcla tenga un aspecto brillante. Si vemos que no está tan firme como antes, seguimos batiendo hasta conseguir que quede bien firme. Hay que tener en cuenta que necesitaremos que se mantenga con la forma que le vamos a dar, si no están bien montadas las claras, se irá escurriendo por los bordes de nuestro cupcake o la forma que le hemos dado con la boquilla quedará menos definida.


      Para decorar los cupcakes, cubrimos con el merengue con la forma que queramos. Yo aquí utilicé la boquilla 2D de Wilton.
      Podemos ponerle por encima un poco de ralladura de limón o lima. Como hice de los dos, la puse para poder diferenciar unos de otros.
      Los ponemos en una bandeja de horno o rejilla y los metemos de nuevo en el horno durante 15 minutos, hasta que el merengue se haya endurecido ligeramente y tenga un tono dorado.
      Dejamos enfriar de nuevo los cupcakes sobre una rejilla antes de comerlos.


      En el libro pone que es recomendable comerlos el mismo día que se hacen, pero al día siguiente estaban más buenos y el merengue no ha perdido su forma.
      A mi madre le han encantado, tanto que dice que son los mejores que ha probado hasta ahora. Yo sin embargo sigo buscando mi receta de limón perfecto. Ya tengo la de chocolate, pero sigo buscando la de limón.
      Tengo que probarlos un día con aceite de girasol en lugar de mantequilla, que suelen gustarme más siempre. Cuando lo haga, pondré aquí una nota con mis impresiones, a ver si hay suerte y me acerco un poco más a la receta de limón perfecta.

      Tutorial cupcakes con tulipanes

      $
      0
      0
      Cuando puse las fotos de los cupcakes en facebook, varios me pedisteis un tutorial y aunque he tardado un poco, aquí os lo traigo... al fin!
      Es bastante sencillo, así que espero que con las fotos se entienda bien. Tampoco necesitareis muchas herramientas para hacerlos, así que es ideal para todo tipo de presupuestos ^^


      Material que vais a necesitar:

      - Cupcake cubierto de la crema que más os guste
      - Fondant blanco para cubrir el cupcake
      - Fondant rojo (extra red de Sugarflair)
      - Fondant verde (verde Kelly de Wilton con Dark Brown de Sugarflair)
      - Cortador circular (un poco más grande que vuestro cupcake)
      - Una carpetilla de plástico transparente
      - Pegamento comestible o un poco de agua
      - Un pincel
      - Esteca estriada, rodillo marcador de fondant o un palillo
      - Papel film para conservar el fondant


      Empezamos tiñendo el fondant con los colores necesarios.
      Para el rojo he utilizado el extra red de Sugarflair, ya que es el que mejor resultado da para un rojo intenso.
      Para el verde he utilizado el verde Kelly de Wilton, con un poquitito de marrón para quitarle el fosforito del verde original y que sea más natural.
      Si os estáis preguntando porqué utilizo dos marcas distintas, es sencillo, los primeros colores que compré fueron Wilton (cuando aún no había hecho nada con fondant), pero ahora compro siempre Sugarflair, ya que son aptos para celiacos. Los de Wilton pueden contener trazas de gluten.

      1 - Para teñir el fondant, pasamos el color con ayuda de un palillo. Añadiremos de poco en poco, ya que algunos tiñen muchísimo con muy poca cantidad. Si necesitamos ponerle más color, utilizamos un palillo nuevo, para no contaminar el colorante.
      Amasamos bien hasta que esté totalmente mezclado y envolvemos en papel film, para que no se seque.

      2 - Estiramos el fondant blanco con la ayuda de un rodillo y cubrimos con papel film. Sobre él ponemos el cortador circular y ejercemos presión para hacer el corte.
      El papel film hará que el borde quede más redondito de lo que quedaría directamente cortando sobre fondant. (Este truco lo aprendí de Alma).

      3 -  Cubrimos con el fondant el cupcake, centrándolo bien. Con cuidado presionamos sobre el cupcake para que quede bien pegado en los bordes.

      4 - Hacemos 6 pequeñas bolitas de fondant con forma de gota, que formarán los pétalos del tulipán.
      Los ponemos dentro de la carpetilla de plástico y las aplastamos con el dedo. Podéis hacerlo también sin plástico, pero así es más cómodo para luego despegarlos.

      5 - Marcamos cada pétalo con la esteca, girándola como se indica en la foto, o marcando dos o tres líneas en la parte más ancha con un palillo o herramienta marcadora.

      6 -  Colocamos el pétalo que va a quedar atrás del todo. Si alguno os ha quedado más pequeño que el resto, aprovechad para ponerlo ahí. A continuación colocamos el siguiente pétalo, sobre el primero, un poco inclinado hacia un lado y sobre este el tercer pétalo, inclinado hacia el lado contrario.

      Para pegarlos podéis utilizar pegamento comestible o un poco de agua, con la ayuda de un pincel.
      El segundo tulipán se hace igual, aunque a veces interesa ir cambiando de posición el último pétalo, para que no quede tan simétrico. Si uno tiene el último pétalo hacia de derecha, en el otro lo pongo hacia la izquierda. También podemos cambiar un poco el tamaño y poner el número de tulipanes que queramos.


      7 - Con el fondant verde hacemos un pequeño rulito y lo cortamos en dos, para hacer los tallos. Ponemos un poco de pegamento por donde queramos poner el tallo y lo colocamos con cuidado.
      Recortamos lo que sobresale por fuera y ajustamos bien al borde.

      8 - Para las hojas hacemos 4 peritas alargadas, las colocamos entre los dos plásticos de la carpetilla y lo aplastamos con el dedo. Empezamos por la parte más gordita y arrastramos hacia la punta, para alargarlo un poco más mientras lo aplanamos.

      9 - Hacemos una raya en el centro de cada hoja, con el marcador o con un palillo. Y las colocamos una a una con cuidado, poniéndole un poco de pegamento o agua para que pegue en el fondant, y las doblamos hacia los lados más o menos como nos guste para darles movimiento.

      Podéis ir colocando un tulipán más alto que el otro, los tallos inclinados, doblar las hojas, ponerlas hacia un lado, superponerlas, doblar alguna punta... Lo que se os ocurra.
      Es bastante fácil y rapidito de hacer, pero si tenéis alguna duda, ya sabéis que intentaré responder todas vuestras preguntas.


      Tarta de vainilla con buttercream de Oreo

      $
      0
      0
      Este fin de semana habíamos quedado con unos amigos para comer, cenar y lo que fuera surgiendo, pero como el viernes lo había dedicado a hacer una tarta fondant de última hora, no pensaba hacer nada de nada. Para no acostumbrarles y eso...
      Al final decidí hacer una tarta nueva, para que no les toque siempre a mis compañeros de trabajo hacer de conejillos de indias. Total, cada uno llevaba algo de comer y a mi me gusta no solo hacer postres, sino comérmelos luego.


      Puede parecer extraño, siendo el bizcocho de vainilla la receta básica de la repostería americana, pero hasta ahora nunca la había hecho.
      Como tenía que hacer algo rapidito, con cosas que tuviera en casa, me decidí por una versión del Victoria Sponge del libro de Primrose, acompañada de una buttercream de Oreos que tenía por la despensa.

      Como creo que ya sabéis, soy poco amiga de la buttercream, pero estaba decidida a darle otra oportunidad y experimentar un poco a ver que salía. Ahora con la mezcladora queda mucho mejor y con las oreos está mucho más buena. Aunque me sigue pareciendo un poco bomba de azúcar.
      Lo curioso es que de pequeña comía pan con matequilla y azúcar y me encantaba, pero no le termino de coger el gusto a la buttercream. ¿Será la edad?
      Por suerte a los amigos pareció gustarles y en casa también han acogido con los brazos abiertos (o la boca abierta, más bien) las sobras que quedaron de buttercream.


      Como eramos muchos, preparé un angel's food de chocolate sin gluten, por si a alguien no le gustaban las oreos y para que mi hermana pudiese comer también.
      Fue un día repostero un poco desastre. Cuando más prisa tiene una más se complica... Tuve que salir corriendo a comprar mantequilla para hacer la buttercream porque no quedaba ni una pizca en casa, no me montaron las claras del angel's food  y cuando hacía las fotos de la tarta de oreos tuve un pequeño accidente y se me espachurró por un lado. Me tocó recomponer el adorno de la buttercream, pero por suerte creo que nadie lo notó.



      Ingredientes
      Bizcocho
      • 210g de harina para bizcochos (con levadura)
      • 225g de azúcar
      • 25g de maizena
      • 4 huevos
      • 3 cucharadas de leche
      • 225g de aceite de girasol
      • 1 cucharadita de levadura en polvo 
      • 2 cucharaditas de extracto de vainilla
      Buttercream de Oreo
      • 300g de mantequilla
      • 300g de azúcar glas
      • 1 cucharadita de extracto de vainilla
      • Un paquete de galletas Oreo, más una caja de mini oreos para la decoración.
      Preparación

      Precalentamos el horno a 175º y uno o dos moldes de 20 cm. Si utilizamos uno, después tendremos que partirlo para poder rellenarlo. Engrasamos los moldes y les ponemos papel de horno en la base para poder desmoldarlo cómodamente después.
      Tamizamos las harinas y la levadura.
      En un bol grande, batimos el aceite con el azúcar e incorporamos los huevos uno a uno. Añadimos el extracto de vainilla.
      Añadimos la mezcla de harina intercalándola con la leche y batimos a velocidad baja. Cuando esté bien integrado todo, lo colocamos en los moldes.
      Horneamos durante 30 minutos o hasta que veamos que al introducir un palito sale limpio.
      Dejamos enfriar y desmoldamos.
      Podemos hacer un almíbar, para que el bizcocho esté más jugoso, con una parte de agua y la misma de azúcar. Lo ponemos al fuego removiendo hasta que se disuelva el azúcar y le ponemos un poco de extracto de vainilla. Después lo ponemos con cuidado sobre ambos bizcochos y ya los tenemos listos para rellenar y decorar.

      Para la buttercream ponemos la mantequilla con el azúcar glas (previamente tamizado) en la mezcladora y batimos hasta que aclare y tenga una textura cremosa. Esto puede llevar 10 minutos, por eso es mejor utilizar una mezcladora que una batidora.
      Añadimos la vainilla y batimos un poco mas. Mientras se bate todo, podemos ir preparando las galletas. Utilizaremos todo el paquete. Separamos la galleta del relleno.
      Agregamos el relleno de las galletas a la buttercream mientras sigue batiendo.
      Picamos las galletas en un procesador o con la batidora. Tiene que quedar muy fino, para que luego pase bien por la boquilla de la manga pastelera.
      Por último, añadimos las galletas picadas a la buttercream, mezclamos hasta que se incorpore bien y decoramos como más nos guste.
      Con las mini oreos podemos decorar la tarta. En esta las he partido por la mitad (dejando el relleno pegado en una de las partes) y las he colocado sobre la buttercream.

      Alguno me preguntó que hacía con el relleno, si me lo comía mientras hacía la tarta. Pues no, ya veis que aquí todo se aprovecha. A ver si se creían que le pegaba lametazos a las galletas que luego decoraban la tarta... Tengo unos amigos muy mal pensados :p

       
      Supongo que os habréis fijado que ahora las fotos tienen el logo en una esquina. No es para protejerlas de robos, ya que estos métodos sirven de bien poco (los derechos de las fotos los tiene siempre el autor de las mismas), sino para evitar que por esas cosas del destino, terminen en blogs del otro lado del océano, con gente preguntándose de quien será dicha tarta.
      Una marca de agua afea la foto, sobre todo si se pone en el medio, así que espero que esto no las estropee mucho y ayude a la gente a localizarme en caso de querer hacerlo.
       
      La culpable de todo esto es la tarta de la serie Galáctica que hice para el cumpleaños de un amigo. 
      Mi hermana me dijo que es la que más le repinean en su cuenta de Pinterest y por curiosidad fui a buscarla "por imagen" en google chrome, para ver en que sitios la compartían. 
      Mi sorpresa fue que no solo era compartida en Pinterest, sino que estaba en varios blogs, en los que se preguntaban de quien sería la tarta. Supongo que en algún momento, se perdió el enlace que llevan siempre en esa web y no fueron capaces de dar con la original.
      Ni que decir que me hizo mucha ilusión encontrarme la tarta en estos sitios y ver que a la gente le ha gustado tanto como para dedicarle una entrada en su blog *^^*

      Tarta de chocolate sin harina

      $
      0
      0
      Parece que no suelto el libro de Primrose Bakery, pero es que tiene tantas recetas que me apetece probar, que no puedo evitarlo.
      Esta vez teníamos gente invitada a cenar, pero no había tenido tiempo de planificar nada, así que como hacía tiempo que quería hacer esta receta, aproveché la ocasión.


      Además quería hacer algo que pudiera comer mi hermana, que no tuviese gluten, para animarla un poco en estos días tristes que está pasando por la perdida de una de sus mascotas.
      Ya se sabe que el chocolate es un gran estimulante, que levanta el ánimo y que encima está buenísimo. Esta receta contiene altas dosis de chocolate, justo del que le gusta a ella, con un porcentaje alto de cacao.


      El resultado es una tarta con aspecto y olor parecido al brownie, pero mucho más sedosa de textura, más ligera. Al llevar claras montadas y nada de harina, se termina hundiendo al sacar del horno, pero es normal, hasta en la receta original la foto tiene ese aspecto hundido, con el borde más elevado que el resto.
      No os preocupéis si el aspecto final no es perfecto, es estupenda como postre o merienda y mejora si la acompañamos de un poco de helado.
      El helado de vainilla no es de los que suelo elegir, de hecho nunca lo como solo, sin embargo esta tarta, al igual que el brownie, es ideal con una bola de helado de vainilla.


      Ingredientes

      • 200g de chocolate negro (70% de cacao) en trocitos
      • 200g mantequilla sin sal
      • 4 huevos grandes
      • 200g azúcar (ligeramente molida)
      • 20g azúcar moreno (ligeramente molida)

      Preparación

      Precalentamos el horno a 180º y engrasamos con mantequilla un molde con base desmontable.
      En la receta pone que esta cantidad es para un molde de 23 cm, pero yo utilicé el que tengo para la tarta de queso, que es de unos 27 cm.
      El azúcar utilizado en esta receta es el llamada golden caster sugar, dificil de encontrar en las tiendas habituales. Por eso lo he sustituido por azúcar blanca normal y un poco de azúcar moreno, pasadas por la batidora para conseguir un grano un poco más fino.

      Derretimos el chocolate con la mantequilla. Podemos hacerlo al baño maría o en el microondas. Yo siempre utilizo el micro para estas cosas, pero hay que prestar atención para que no se nos queme. Calentamos un minuto, sacamos y removemos y así en intervalos muy cortos de tiempo, hasta que esté totalmente derretido e integrado.
      En un bol batimos las yemas con la mitad del azúcar. Lo añadimos en el chocolate derretido y lo mezclamos hasta que esté bien incorporado.
      En otro bol, montamos las claras hasta que formen picos suaves y le añadimos el resto del azúcar, poco a poco, en forma de lluvia. Hay que asegurarse de que este bol está bien limpio o no subirán las claras.
      Ponemos las claras sobre la mezcla de chocolate, mantequilla, yemas y azúcar, y mezclamos con movimientos envolventes, con ayuda de una espátula. Hay que intentar no sobre mezclar o le quitaríamos el aire a la mezcla.

      Llenamos el molde y horneamos durante 40 minutos o hasta que al insertar un palito este salga limpio.
      Dejamos enfriar la tarta 10 minutos antes de ponerla sobre una rejilla para que se enfríe totalmente.

      Se puede servir fría o caliente, acompañada de nata montada o helado.
      Con lo chocolateros que somos en casa, seguro que repetimos. Sobre todo siendo una tarta que podemos comer todos, sin necesidad de hacer versión sin gluten.

      Tarta de manzana sin huevo

      $
      0
      0
      Ahora mismo escribo desde la playa, con la brisa y el sonido del mar de fondo. Sería perfecto si no hiciera fresquito (si me pongo en la sombra me quedo tiesa), pero es lo que tiene irse en estas fechas.
      Me ha dado problemas la tarjeta de Internet prepago que me compré para las vacaciones, pero al final lo he conseguido y he podido terminar esta entradita. Ya pensaba que no podría entrar al blog hasta mi regreso.
      Esta es una de esas recetas que hacía mi hermana hace años. Un día se le olvidó ponerle los huevos y a todos nos encantó el sabor, mucho más jugosa que la receta original que incluía 3 huevos. Desde entonces la hemos hecho siempre así.

       

      Lo único malo es que es más complicada de servir, ya que hay que cortar desde el recipiente, con cuidado de que no se desmorone entera.
      Intenté hace cupcakes con esta receta y no quedó nada bien, ya que se pega a las cápsulas, es demasiado jugosa. Pero para hacerla en moldes de los largos, es perfecta.


      Por su jugosidad, dura varios días en perfectas condiciones, así que fue la elegida para llevar a la playa. Se hornea en moldes desechables y lista para viajar.
      Sobre todo quería hacer la versión celiaca para mi hermana, así tendría un desayuno rico para variar, que verla comer ese pan de molde rancio que venden sin gluten da una penita...
       


      Ingredientes

      • 1 yogur de limón o natural
      • 1 medida de yogur de aceite de oliva
      • 2 medidas de azúcar
      • 3 medidas de harina
      • 1 cucharadita de levadura
      • Ralladura de 1 limón
      • 4 manzanas (granny smith)
      Preparación

      Precalentar el horno a 180º y preparar un molde alargado con papel de horno o uno desechable.
      Pelamos 4 manzanas, les quitamos el corazón y las partimos en trocitos. No tienen que ser muy pequeños.
      En un bol grande ponemos el yogur.
      El mismo envase del yogur lo utilizaremos para hacer las medidas del resto de ingredientes. Llenamos de aceite de oliva y añadimos al yogur.
      Llenamos dos veces de azúcar y tres veces de harina.
      Añadimos una cucharadita de levadura y la ralladura de 1 limón.
      Mezclamos todo bien con una cuchara hasta que esté bien incorporado.
      Añadimos los trozos de manzana y removemos bien. Tiene que verse mucho más la manzana que la masa, así que no os preocupéis si parece que tiene poca masa, es normal.

      Hornear durante 50-65 minutos. Depende del horno y del tamaño de las manzanas, así que como siempre, pincharemos un un palito hasta que este salga limpio.


      Celiacos

      Se puede hacer con harina Mix Dolci, con un solo cambio, el aceite de oliva hay que poner solo media medida del envase del yogur. Incluso un poco menos de la mitad del envase.
      La primera vez la hice igual y quedó muy aceitosa, la segunda le puse solo la mitad y quedó estupenda. Se ve que esta harina chupa más aceite del normal en este tipo de receta.


      En esta foto podéis apreciar el aspecto de la tarta sin gluten. La manzanita queda más arriba que en la de harina de trigo e incluso sube más la masa.
      No se si os habréis dado cuenta, pero a la sin gluten le falta un trocito de manzana (se ve un agujero por la parte derecha). Mi hermana no fue capaz de esperar a que le hiciera la fotos para probarla. Cuanta impaciencia, joven padawan.

      Premios y encargos varios

      $
      0
      0
      Después de unos días en la playa, he regresado con varias cosillas que hacer en pocos días. Unos cupcakes, unas tartas de queso y una tarta decorada para dos cumples celebrados a la vez.
      Las fotos de las tartas y cupcakes las voy poniendo en la sección de "encargos", pero más abajo pongo algunas de las últimas cosas que he hecho.

      No he tenido tiempo de experimentar recetas nuevas pero vengo cargada de materias primas que nunca antes he utilizado, como el golden syrup y azúcares de distintos tipos que compré en el supermercado Iceland, una tienda con productos ingleses, que por desgracia solo se encuentra en zonas costeras.
      Deseando estoy probar recetas que incluyan alguno de estos ingredientes. Ahora que hemos entrado en el otoño y se acerca Halloween, habrá que ir pensando en algo.


      Además he recibido el premio al Sweet of the Month de la web Sweetopia, por la tarta de R2D2.
      Me ha hecho una ilusión tremenda y desde aquí le doy las gracias a la autora de Sweetopia y a todos los que me votaron. Sin vosotros no habría sido posible. ¡Mil gracias!


      Ya que esta será una entrada un poco distinta, aprovecho para poner los premios que me han ido concediendo por facebook o blog. Muchas gracias por acordaros de mi.
      Con la memoria tan horrenda que tengo seguro que me olvido alguno, así que si veis que no menciono a alguien, avisadme ;-)

      Premio Best Blog concedido por Pequena Volvoreta y Paulambetadas
      Premio Best Facebook Page concedido por Salado no, gracias, AzuquitArt, Fabiola's Cakes y Blog Appétit
      Premio Liebster Blog concedido porNat's Cakes, Sweet Cupcakes y Más y Made in Rocío
      Premio Dardos concedido por Dulce Bichito, Gokuraku, Mochi de Fresa, Salado no Gracias
      y Tartareando

      Esta es la tarta para el cumple de dos amigos, con dos temas mezclados. Cthulhu de los libros de Lovecraft y los huevos de dragón de Juego de tronos.
      Mi hermana hizo los huevos y las alitas de Cthulhu.


      Cupcakes con motivos de medios y tribunales.Mi hermana me ayudó con las teles y los periódicos.



      Cupcakes con mariquitas para un cumpleaños infantil. De chocolate con ganache de chocolate con leche.


      Tarta ACDC para un cumpleaños. De chocolate rellena con ganache de chocolate negro. La cubierta es de fondant de chocolate.


      Estos ramos de nubes los hizo mi hermana para las niñas que acompañarían a una novia al altar. Querían un diseño exacto que no encontraban en las tiendas y este fue el resultado.


      Tarta de chocolate (extreme chocolate) con relleno de ganache de chocolate con leche. Los motivos son del  vídeo juego de Mario Bros.

      Espero poder hacer alguna receta nueva en los próximos días, que tengo el blog un poco abandonado con tanta fiesta.
      Por lo pronto tengo ganas de hacer una treacle tart, que me llamó la atención en la pelicula que vi ayer, Love's kitchen, que encima incluye ingredientes que compré y aún no he probado. Pero ya veremos...

      Treacle Tart

      $
      0
      0
      Hace unos días vi la película Love's kitchen y no pude evitar fijarme en que siempre había de postre algo llamado Treacle Tart. Por curiosidad busqué la receta y parece ser un típico postre inglés, que entre otras cosas, incluye dos ingredientes que adquirí hace unas semanas y que nunca había probado; black treacle y golden syrup. Es algo así como una tartaleta de melaza.
      Quería buscar recetas que tuvieran alguno de estos ingredientes, así que ya tenía otro motivo más para probarla.

       

      El black treacle es una melaza casi negra, con un olor fuerte, parecido al regaliz. Casi me da un pasmo al abrir la lata. Creo que mi olfato perruno no admite un olor tan fuerte.
      El golden syrup es un jarabe de caña de azúcar, como una miel de caña o azúcar invertido, con un sabor de caramelo suave y poco olor.


      Buscando información encontré cosas curiosas, como que es el postre favorito de Harry Potter. 
      Que cosas... he leído los libros y visto las películas y no me sonaba de nada. Quizá sea porque aún no me había dado por hacer tartas y no prestaba atención a ese tipo de datos. Aunque de algún modo debió quedarse en mi subconsciente y ahora ha vuelto para ser probada.


      He encontrado muchas variedades de esta receta, así que he hecho una mezcla de todas ellas. Eso sí, algunas incluían jengibre, yo he prescindido de él porque no me gusta nada de nada, de hecho me resulta muy picante. Debo tener el paladar más sensible del mundo. 
      Pero bueno, había recetas que no lo incluían, así que supongo que no pasa nada si se omite.
      Tampoco he realizado la masa, en su lugar he utilizado un paquete de masa brisa. Aunque he visto que en las recetas que incluían la creación de la masa, esta llevaba azúcar, algo que la masa brisa no tiene. Como en la mayoría de las recetas mencionaban la masa ya comprada hecha, supongo que el resultado final no debe ser muy distinto.

       

      Quería hacerlo en moldes pequeños, pero se ve que por no usarlos nunca, mi madre decidió deshacerse de ellos en la última limpieza. Por suerte hizo una incursión a una tienda bazar de esas baratas y encontró un molde grande y tres pequeñitos. Justo del tipo que se utiliza en esta clase de tartas y a un precio inmejorable, ¡menos de 2 euros!
      La tarta la hice en un molde de 20 cm. Y como sobró un poco de masa y de relleno, hice también los tres moldes pequeños, y aún así sobro un poco más que mi madre aprovechó para rellenar tres láminas de arroz para hacer rollitos de primavera. No me preguntéis porqué se le ocurrió tal idea, pero hay una foto al final con el resultado del experimento.

      Ingredientes:

      • Un paquete de masa brisa
      • 300 g de golden syrup
      • Una cucharada bien llena de black treacle
      • Ralladura y zumo de un limón
      • 2 huevos grandes
      • 125 gramos de migas de pan de molde (6 rebanadas)
      • Dos cucharadas de nata para montar (con alto contenido de materia grasa)

      Preparación:

      Calentamos el horno a 180º. Engrasamos y enharinamos el molde. Colocamos la masa brisa, ajustándola bien en los bordes y recortando lo que sobresale.
      Pinchamos la base con un tenedor, ponemos papel de horno sobre la masa y encima de este unos garbanzos crudos, para que hagan peso.
      Horneamos durante 10-15 minutos. Lo sacamos del horno y retiramos los garbanzos y el papel. Dejamos enfriar totalmente. Mientras enfría, preparamos el resto.

      Picamos con la batidora o robot de cocina las rebanadas de pan de molde (sin corteza). Lo ponemos en un bol grande y reservamos.
      Calentamos el golden syrup y el black treacle a fuego bajo, para que sea más cómodo de manejar. Añadimos el zumo de limón y la ralladura y retiramos del fuego.
      Agregamos a la mezcla los huevos ligeramente batidos y la nata.
      Vertemos todo sobre el pan de molde y removemos con una cuchara hasta que esté bien mezclado.
      Lo ponemos en el molde y horneamos durante 30-40 minutos. Hasta que veamos que está doradito y firme al tacto.
      Lo ponemos sobre una rejilla para que se enfríe un poco y desmoldamos.
      Se sirve templado y suele ir acompañado de natillas, nata montada o helado.


      Después de probarla he de decir que no es uno de mis postres preferidos. Está muy buena cuando empiezas a comerla, pero después deja un regusto como a regaliz negro que no me agrada en absoluto.
      Sin embargo el resto de la familia hasta ha repetido diciendo que está buenísima.
      A mi madre ni le sabe a regaliz, aunque no me fio mucho de sus papilas gustativas con estos matices...
      El caso es que a todos les ha encantado, menos a mi. Que se le va a hacer, no me puede gustar todo. Le guardaré mi porción a Harry Potter, que seguro la disfruta más que yo.

      Candy corn cupcakes

      $
      0
      0
      Se va acercando Halloween, la noche de brujas o de todos los santos y me voy emocionando con la infinidad de recetas que hay relacionadas con esta festividad.
      Como el año pasado empecé mi andadura repostera después de estas fechas, me quedé con las ganas de hacer un montón de cosas y no se ni por dónde empezar. Con lo que me gustan estas fiestas.
      Me temo que las próximas semanas todas las recetas estarán inspiradas en Halloween.


      Nunca había probado los famosos caramelos estadounidenses llamados candy corn, así que este año me compré un paquete para poder degustarlos y utilizarlos en alguna receta.
      Imitan la forma de los granos de maíz y parecen gominolas, pero no lo son. Se deshacen en la boca y saben un poco a miel.


      Para el bizcocho se podría haber utilizado cualquier receta de vainilla o cualquier otro de miga blanca. Pero como me gusta probar cosas nuevas, esta vez he adaptado la receta de cupcakes que encontré en la página Kaboose. El resultado es un suave bizcocho de vainilla.


      Para la decoración aproveché que tenía que ser blanco (imitando la punta del caramelo) para probar unos sobres que compré en Iceland, unos polvitos que se baten con leche y se monta como si fuese nata, llamado Bird's Dream topping. Lo bueno que tiene es que mantiene la forma como si fuera buttercream y se puede congelar una vez montada sin que pierda cuerpo. Tiene azúcar incorporada, pero como la notaba un poco sosa, le añadí vainilla para darle un poco de vida.


      Ingredientes
      • 300 g de azúcar
      • 200 g de harina
      • 2 huevos y 1 clara
      • 160 ml de leche
      • 125 ml de aceite de girasol
      • 1 y 1/2 cucharadita de levadura
      • 1 cucharadita de vainilla
      • Colorante amarillo y naranja
      Preparación

      Precalentamos el horno a 175º y preparamos las cápsulas de cupcakes en sus bandejas.
      Batimos el azúcar con los huevos durante un minuto, hasta que esté cremoso y bien mezclado todo.
      Añadimos la harina con la levadura, leche, aceite y vainilla y batimos hasta que esté bien integrado, sin sobre batir.
      Dividimos la masa en dos recipientes y añadimos en cada uno un colorante para obtener una masa naranja y otra amarilla.
      Rellenamos 1/3 de las cápsulas con la masa amarilla y después con la naranja, intentando ponerla con cuidado para que no se hunda demasiado.
      Horneamos durante unos 30 minutos, o hasta que veamos que al pinchar con un palito sale limpio.
      Para decorar utilizamos las boquilla 1M para hacer la forma de rosa y, como no, rematamos con un candy corn.


      Manzanas caramelizadas

      $
      0
      0
      Como ya sabéis, ando rebuscando por Internet dulces típicos de esta época del año y cuando vi estas manzanitas me hicieron los ojos chiribitas.
      Recuerdo comerlas en las ferias cuando era pequeña, colocadas en esos puestecitos junto al algodón de azúcar. Creo que se me ha quedado grabada una imagen de uno de esos puestos de la feria de San Isidro. Hasta me parece estar oliendo a azúcar y caramelo...

       

      Por supuesto que no podía dejar pasar la oportunidad de hacerlas. Tenía todos los ingredientes, incluido el sirope de maíz que estaba cogiendo telarañas en la despensa.
      Nunca había hecho caramelo ni nada parecido, pero las ganas de volver a comerlas era grande y siempre es divertido experimentar cosas nuevas para luego comerlas. Y más si son cosas que siempre te han gustado y hace siglos que no comes.


      Lo único un poco complicado, es que hace falta un termómetro para esta receta. Yo utilizo uno que compré en ikea bastante económico, aunque solo llega hasta 130º y tenía que alcanzar los 150º, pero bueno, más abajo os pongo un truco para comprobar que está listo sin necesidad de termómetro.


      Vi unos cuantos vídeos para comprobar el proceso y en uno de ellos decía que era mejor enfriar las manzanas en la nevera para que el caramelo se endureciese más rápido. Error, al menos la primera vez es mejor no hacerlo. Se endurece tan rápido que apenas le das una vuelta para cubrirla bien y ya se ha endurecido, así que al darle la segunda vuelta se suma a la primera, haciendo la cobertura más gruesa de lo recomendable. No sabía ni como hincarle el diente a mis manzanas...

      Ingredientes
      • 3 manzanas
      • 3 palos resistentes
      • 105 g de azúcar
      • 180 g de sirope de maíz
      • 60 ml de agua
      • Colorante rojo (extra red de Sugarflair)
      • Aceite de girasol o en spray
      Preparación

      Lavamos las manzanas y les quitamos el rabito. Introducimos, con cuidado pero firmeza, el palo en el centro de la manzana. Tiene que ser un palito  resistente para que no se rompa. Como yo no tenía más que estas brochetas, le puse dos a cada manzana.
      Preparamos una bandeja o plato con papel de horno rociado con spray de aceite o aceite de girasol. Muy poquito, lo justo para que no se nos pegue.
      Preparamos en un cazo el azúcar, sirope, agua y colorante y mezclamos bien.
      Lo ponemos a fuego medio y removemos hasta que hierva. Una vez rompa a hervir, no removemos más y colocamos el termómetro para retirarlo del fuego cuando alcance los 150º o pasen unos 25 minutos.
      Si no tenemos termómetro podemos comprobar si está sacando un poco de caramelo con una cucharita e introduciendola en un vaso con agua fría. Si el caramelo se endurece del todo, sin llegar al fondo del vaso, es que ya está listo.
      Lo retiramos del fuego y rápidamente procedemos a introducir una manzana en el caramelo, girando la manzana con el cazo un poco inclinado para facilitar que se sumerja bien. Hay que procurar cubrirla entera rápidamente.
      Para facilitar el trabajo es recomendable utilizar un cazo pequeño o hacer más cantidad de caramelo de la necesaria.

       

      Si nunca habéis hecho caramelo, os pasará como a mi, que se me quedó cara de horror al ver los restos duros como una piedra que quedan en el fondo del cazo.
      Tranquilidad, no os achicharréis las manos como yo intentando fregarlo con el agua a tope de caliente. Simplemente poned agua a hervir en el mismo cazo y saldrá solo.
      Por suerte ahí estaban las chicas en facebook dándome la pista, aunque pregunté tarde y mis manos ya estaban rojitas del calor. Para la próxima ya lo se.

      Cupcakes de calabaza

      $
      0
      0
      Nos vamos acercando a Halloween y se me acaba el tiempo de hacer todo lo que quería para esta fiesta. Al final he tenido poco tiempo libre para hacer cosas y a duras penas he podido escribir y hacer fotos para estas últimas entradas. Pero ya tenía la receta planeada y quería hacerla como fuese. Así que en un ratillo libre hice los cupcakes y unas galletas.
      El año que viene espero tener tiempo de hacer una mega tarta toda negra y morada, que me he quedado con las ganas.


      La calabaza es muy fácil de encontrar de estas fechas y se consume durante todo el otoño e invierno. Además es el adorno típico de Halloween, que aunque en España no sea muy común, yo intento tener siempre una esa noche. Este año no he tenido tiempo de buscar una bonita para decorar, por lo que me tendré que conformar con las que he cocinado.


      Miré en varias páginas la receta de tartas y cupcakes de calabaza y al final terminé haciendo un popurrí entre la de Joy of baking y Martha Stewart, cambiando la mantequilla por el aceite de girasol y eliminando el jengibre y el clavo. Además cambié las proporciones del azucar, porque el light brown soft sugar me resulta un poco fuerteen grandes cantidades.
      El jengibre siempre lo elimino porque no me gusta nada y el clavo porque en mi casa nunca hemos tenido esta especia, ya que mi madre la odia a muerte. ¿Tan mala está? Un día tendré que probarla.


      Antes de que pudiera hacerle la crema de queso mi madre se comió uno y al morderlo sonó como nunca había oído sonar un cupcake al ser mordido, como si fuera una mousse o algo parecido. Increíble, en serio.
      Cuando hice la crema me pidió que le dejara alguno y cuando regresé a casa me regañó porque solo le había dejado uno. No sabía que le iba a gustar tanto como para no poder esperar unas horas a comerse otro.


      Además llevé al cumpleaños de una amiga una docena de mini cupcakes, y aunque ella es de las fieles al chocolate (hizo su tarta con la receta de la chocolate extreme), como otra de nuestras amigas es reacia a comer chocolate, los llevé para que pudiera comer algo.
      Lo que no esperaba es que a la cumpleañera también le encantaran. Vamos, que ha sido todo un acierto esta receta. Más incluso que la de zanahoria.
      Si la tarta de zanahoria os gusta, tenéis que probar esta, porque seguro que os va a encantar.


      La receta de la crema de queso se la debo a The cupcake Mama, aunque le puse un poco más de vainilla.
      Menuda diferencia a la primera que probé allá por las Navidades pasadas. Me daba reparo volver a hacerla porque no me gustó nada y encima era ultra líquida. Pero ella me dio el truco, hay que buscar un queso con más de 60% de materia grasa. Se ve que el que utilizaba no tenía lo suficiente.


      Ingredientes
      Bizcocho
      • 190 g de harina
      • 150 g de azúcar
      • 50 g de azúcar light soft brown sugar
      • 1 cucharadita de levadura química
      • 1/4 cucharadita de bicarbonato
      • 1 cucharadita de canela
      • 1/4 cucharadita de nuez moscada
      • Una pizca de sal
      • 215 g de puré de calabaza 
      • 125 ml de aceite de girasol
      • 2 huevos grandes
      • 1 cucharadita de extracto de vainilla
      Crema de queso
      • 160 g de mantequilla
      • 300 g de azúcar glas
      • 1 cucharadita de extracto de vainilla
      • 400 g de queso de untar
      Preparación

      Calentamos el horno a 175º y preparamos las cápsulas en la bandeja.
      En un bol grande tamizamos la harina, el bicarbonato, la levadura, las especias y la sal.
      En otro bol, o en nuestra mezcladora, batimos el azúcar (los dos tipos) con los huevos hasta que esté bien integrado y a continuación incorporamos el aceite.
      A velocidad baja añadimos la mezcla de harina en tres partes, intercalándola con el puré de calabaza.
      Rellenamos hasta 2/3 de las capsulas y horneamos durante 25 minutos o hasta que veamos que al pinchar con un palito este sale limpio.
      Las dejamos 2 minutos en la bandeja y las sacamos para que se enfríen totalmente sobre una rejilla.
      Con esta receta tendréis para una docena de cupcakes más o menos, aunque a mi me sobró lo suficiente para hacer una docena de mini cupcakes.

      Mientras se hornean los cupcakes podemos ir preparando la crema de queso.
      Sacamos la mantequilla para que se ablande un poco a temperatura ambiente y la batimos con el azúcar. Cuando la mezcla esté esponjosa y haya aclarado, incorporamos la vainilla y mezclamos bien. Al final añadimos el queso, recién sacado de la nevera, tiene que estar frío. Batimos durante unos minutos y ya está lista.
      Si nos queda un poco líquida, podemos meterla un rato en la nevera antes de utilizarla. Aunque con las últimas tarrinas de queso que he probado no he tenido problemas, la de Hacendado y Día.
      Las de calabaza las hice con el queso de Día, que tiene un toque ácido que le viene que ni pintado al bizcocho de calabaza.

      El azúcar light brown soft sugar se encuentra en tiendas de comida americana o inglesa. Yo lo compré en Iceland este verano, pero lo he visto también en Taste of America. Os diría que lo cambiarais por azúcar moreno en caso de no tenerlo, pero el sabor seguro que no será el mismo, ya que este azúcar tiene un olor a melaza que no tiene ningún azúcar de los que acostumbramos a consumir en España.
       
      Para el puré de calabaza, partimos una calabaza, quitamos las pipas con una cuchara y la horneamos a 180º durante unos 45 minutos o hasta que al pincharla esté blandita.
      Cuando se haya enfriado un poco, le quitamos la piel y la pasamos por un procesador de alimentos o batidora para hacerla puré.


      Celiacos

      Se puede realizar la receta con la harina Mix Dolci y un queso de untar que sea apto, como el de Mercacona. Recordar mirar siempre que las especias sean aptas, al igual que la levadura y la vainilla.
      El sabor es exacto a la receta con gluten y al menos el primer día tiene la misma esponjosidad.
      Editaré la entrada si veo cambios llamativos con el paso de los días.

      Galletas de chocolate - Halloween

      $
      0
      0
       

      Desde que hice el curso de galletas decoradas de Dulcerías de Almudena, apenas había hecho 2 veces galletas y solo un intento de decoración. Así que me he propuesto ponerme de nuevo a ello.
      Las primeras han sido para el futuro padre de un niño y ya padre de una niña. Aunque las decoré con fondant ya que me avisaron con poquito tiempo.
      Me encantó hacerlas, porque justo hacía una semana había comprado un molde de silicona de motivos infantiles y estaba deseando estrenarlo.


      Con la llegada de Halloween se me ocurrió que podría hacer unas galletas temáticas para dar a los niños que pasan a pedir chuches. Aunque cuando lo mencioné en facebook me advirtieron que a los niños no les hace gracia no ver caramelos, asi que al final di las dos cosas, que no quería que me llenaran la casa de huevos y papel higiénico.


      Sí, donde yo vivo, los niños salen a pedir chuches. Puede parecer una tradición muy estadounidense (aunque en realidad es de origen celta), pero a mi me gusta, que le voy a hacer. En muchos paises se celebra desde hace muchos años y estoy encantada con que empiece a llegar a España.
      Creo que ya lo he dicho antes, pero es una de mis fiestas favoritas. Comprar una calabaza para darle forma terrorífica, ponerle su velita dentro, disfrazarse... Y porque el jardín de mi casa parece una selva, que si no hasta pondría unas tumbas de porexpan y parafernalia varia.



      Esta semana he probado dos recetas; la primera que he hecho de chocolate, aunque no mantienen tanto la forma como las de vainilla, parece que triunfan entre lo más chocolateros, ya que tiene un intenso sabor. Para la segunda fui a lo seguro, la del Rincón de Bea, menos intensas que las primeras pero con un resultado ultra liso para poder decorarlas con glasa.


      Además aproveché un poco de masa de galletas de vainilla y a una parte le añadí dos cucharaditas de pasta de fresas, a petición de mi madre. Por eso las calabazas tienen un color más rosita. Si os gustan los bizcochos de fresa, seguro que os gustan estas.
      Desde que descubrí esta pasta de fresa, la utilizo para todo, está buenísima. Se la pongo hasta a los zumos y batidos. Totalmente recomendable.
      La receta de las de vainilla también la podéis encontrar en la página de El rincón de Bea. Es perfecta para decorar y tiene un sabor muy bueno.


      Como la segunda receta la tenéis en el blog de Bea, voy a poneros la del chocolate intenso. Son justo las galletas que veis sobre estas líneas.
      Aún tengo pendiente probar algunas sin gluten, aunque mi hermana no es mucho de galletas, las de chocolate creo que si le gustarían.


      Ingredientes
      • 250 g de mantequilla a temperatura ambiente
      • 250 g de azúcar glas (tamizada)
      • 1 huevo
      • 325 g de harina (tamizada)
      • 65 g de cacao en polvo
      • Una pizca de sal
      • 1 cucharadita de extracto de vainilla o la que más nos guste
      Preparación

      Tamizar la harina, el cacao y la sal, reservamos.
      Batimos la mantequilla, a velocidad baja, con el azúcar hasta que tengamos un crema homogénea. Hay que procurar no batir en exceso.
      Añadimos el huevo y la vainilla mientras continuamos batiendo y añadimos la mezcla de harina poco a poco.
      Envolvemos la masa en papel film y refrigeramos un par de horas. Para agilizar el proceso podemos extenderla sobre la bandeja y refrigerar para poder cortar con los cortadores nada más sacarla.
      Cuando las cortemos las colocamos en las bandejas (yo utilizo unas del ikea la mar de útiles) y refrigeramos unos minutos.
      Calentamos el horno a 180º y las horneamos durante 11-13 minutos.
      Tened en cuenta que no tienen que tostarse, de hecho al sacarlas están blanditas.
      Las dejamos enfriar unos minutos en la misma bandeja y después las pasamos a una rejilla para que se enfríen totalmente.


      Estos son los cupcakes que hice para un cumpleaños que se celebraba esta semana. Menos mal que se le ocurrió celebrarlo con Halloween, porque ya veía que pasaban estas fiestas y no me había dado tiempo a hacer ningún cupcake temático.

      Tarta de chocolate con caramelo

      $
      0
      0
      Tenía ganas de probar alguna cosa con caramelo, por lo que me puse a buscar entre los pocos libros que tengo y me decidí por una del libro de Primrose Bakery, pero con el bizcocho de chocolate del de P. Porschen. En realidad el bizcocho de ambos libros es muy parecido, tienen los mismos ingredientes aunque en cantidades distintas.


      Tanto la receta del bizcocho como la buttercream tienen azúcar tipo light soft brown sugar, por lo que he variado un poco las cantidades ya que me resulta un poco fuerte de sabor.
      Si no encontráis este tipo de azúcar, podéis cambiarlo por azúcar moreno, pero tened en cuenta que no sabrá igual.
      También he cambiado la mantequilla por aceite de girasol, ya que a mi me parecen más esponjosos los bizcochos hechos con aceite.


      Aunque pueda parecer que todo sale estupendo desde la primera vez, algunas veces no es así.
      Esta vez se me olvidó apuntar un ingrediente en la preparación del chocolate del bizcocho y menuda la lié.
      Puse en el cazo el chocolate y los azúcares y se suponía que tenía que hervir... Yo ahí diciendo, que raro, no se como voy a  hacer que esto hierva, se me va a quemar el chocolate. Pero como es una tarta con caramelo pensé que lo mismo tenía que hacer una especie de caramelo extraño.
      Pasa por la cocina mi hermana y me dice: "¿Eso no debería tener algo líquido?". Así que apagué el fuego y fui al libro a comprobarlo por si acaso. No, no tiene nada más.


      Vuelta al cazo a remover como una loca para que no se queme. Evidentemente aquello empezaba a oler a chamusquina cosa mala incluso con el brazo ya dolorido de tanto remover.
      Pasa mi madre y me dice lo mismo: "Eso tiene que tener algo más, no puede ser así". Y yo: "¡Si lo he comprobado en el libro!".
      Cuando conseguí hacer que aquello hirviera lo pasé a un cuenco y me dispuse a preparar el resto de los ingredientes.
      Nota mental, nada de hacer caso al orden de preparación de los libros. Tenía que haber preparado otras cosas antes para que el chocolate no se enfriase.


      Cuando me puse a hacer el resto, me di cuenta de que tenía leche preparada que no sabía donde iba... Ahí estaba, mirándome con pena por haberla olvidado. Fui al libro a comprobar por segunda vez los ingredientes y como ya habréis supuesto, era el ingrediente que le había faltado a mi chocolate con azúcar. Maldita, juraría no haberla visto hasta ese momento.
      Ni que decir que tuve que repetirlo, porque aquello no solo olía a chamusquina, se había solidificado y ni podía sacarlo del cuenco.


      Lo dicho, el orden en que se preparan las cosas es importante. Tener todos los ingredientes preparados y repasar la receta antes de empezar por si algo no cuadra. Aunque de los errores se aprende.
      Me pasa por traducir la receta en un cacho de folio minúsculo en el que no cabía más que una letra tipo pulga.



      Ingredientes
      Bizcocho
      • 185 g de harina
      • 180 g de azúcar
      • 100 g de azúcar light soft brown sugar
      • 125 g de chocolate en trozos (52% de cacao)
      • 165 ml de leche
      • 120 g de aceite de girasol
      • 1/2 cucharadita de levadura química
      • 1/2 cucharadita de bicarbonato
      • 15 g de cacao en polvo
      • Una pizca de sal
      • 2 huevos grandes
      • 1 cucharadita de extracto de vainilla
      Buttercream de caramelo
      • 90 g de mantequilla
      • 360 g de azúcar glas (tamizada)
      • 130 g de azúcar light soft brown sugar
      • 200 g de azúcar moreno
      • 1 cucharadita de extracto de vainilla
      • 135 ml de leche semi desnatada
      Preparación

      Calentamos el horno a 175º y preparamos los moldes con un poco de aceite o mantequilla. Yo además les pongo siempre una base de papel de horno para que sea más fácil de desmoldar.
      Tamizamos la harina, cacao, levadura, bicarbonato y sal. Reservamos.
      Ponemos el chocolate, la leche y la mitad de los azúcares en un cazo hondo y lo llevamos a ebullición, removiendo constantemente.
      En otro bol o en nuestra mezcladora, ponemos el resto del azúcar y los huevos y batimos hasta que se integren, añadimos el azúcar y mezclamos bien.
      Añadimos la mezcla de harina poco a poco, a velocidad baja, solo hasta que esté mezclado. No batir en exceso.
      A velocidad media vamos añadiendo el chocolate caliente en un chorrito fino pero continuo. Nos aseguramos de que esté todo bien mezclado y no tengamos nada pegado a las paredes.
      Inmediatamente lo ponemos en nuestros moldes y lo horneamos durante 30 o 40 minutos, dependiendo del horno. Yo solo necesité 30 minutos para dos moldes de 20cm.
      Estará listo cuando veamos que los bordes se despegan del molde. Al ser un poco denso el bizcocho, puede que al pincharlo con un palito este salga con migas, pero tiene que estar firme al tacto.
      Lo dejamos reposar media hora fuera del horno y lo sacamos del molde para que se enfríe totalmente sobre una rejilla.
      Cuando esté frio, lo envolvemos en papel film y dejamos reposar toda la noche. De esta manera conservará la humedad y estará más firme para poder nivelarlo en caso de ser necesario.

      Para la buttercream ponemos el azúcar moreno y el soft brown, mantequilla y leche en un cazo y lo calentamos a fuego alto, removiendo continuamente. Cuando hierva, lo dejamos un minuto más y retiramos del fuego y le añadimos la mitad del azúcar glas , removiendo para que se integre bien. Dejamos enfriar un poco y a continuación ponemos el resto del azúcar glas y la vainilla, y removemos bien.
      Tened cuidado porque si se enfría mucho, la mezcla se solidifica y es más complicada de manejar. Si esto pasa podéis calentarla en el microondas, a intervalos de pocos segundos para no pasaros.


      El bizcocho de chocolate nos ha gustado mucho, se parece a la extreme sin ser tan jugosa, pero el caramelo es demasiado dulce (como todas las buttercream). No sabe a caramelo, sino al azúcar soft brown, que a mi particularmente no me atrae mucho. A mi madre si le gusta porque dice que sabe a panela y le recuerda a su infancia, pero a mi me resulta un poco fuerte.
      Lo que me deja con ganas de hacer esta receta con otra cobertura distinta. Seguro que con el frosting de chocolate de la extreme está buena buena.

      Loaf cake de manzana y arándanos

      $
      0
      0
      Tenía unas cuantas manzanas por casa que me estaban llamando para que las hornease de alguna manera. Así que fui a  por el libro de Primrose buscando algo en concreto que ya había visto, una tarta de manzana y arándanos que tenía una pinta increíble en la foto.
      Aunque no me gustan mucho los frutos rojos cocinados, por casa les encantan, así que decidí hacerla tal cual venía en el libro, desechando la idea inicial de hacerla solo con manzanas, muy a mi pesar.
      Es que no puedo evitarlo, los bizcochos con manzanas me encantan, y la tentación de hacerla solo de manzana era grande.


      No se si en España venden arándanos congelados. Desde luego frescos no los he encontrado, pero tenía en el congelador una bolsa de frutos rojos, entre los que incluía arándanos, por lo que me dediqué un buen rato a separarlos del resto para poder utilizarlos.
      La receta tiene azúcar del tipo golden caster sugar, por lo que la sustituí por azúcar normal y moreno.


      Cuando la saqué del horno mi madre y hermana estaban por ahí olfateando con ojos golosos. La verdad es que olía de maravilla y tenía una pinta... Pero como era de noche, la dejé aparcadita para poder hacerle las fotos al día siguiente.
      Cuando me levanté esa mañana no esperaron ni 5 minutos para preguntarme cuando haría las fotos. Casi ni me dejan desayunar porque estaban esperando ansiosos probarlo. Podía notar como miraban el bizcocho a mis espaldas, con ojos de perrito triste.
      Vamos, que fue decir: "Ya he terminado las fotos" y se avalanzaron sobre mi con los platos y tenedores, como si no hubieran comido en años. Mi hermana la pobre se tuvo que conformar con olerlo porque ni tocar el gluten.


      Al día siguiente tuve que llevármelo al trabajo porque en un solo día ya se habían ventilado más de la mitad y se me iban a poner malos. Así pudieron degustarlo también mis compis, donde me parece tuvo el mismo éxito.
      Cuando regresé a casa mi madre le había hecho la versión celiaca a mi hermana y para mi sorpresa, me gustó, más incluso que la normal, no se porqué pero me recordó a una tarta de queso por la textura. Quizá fue porque solo hizo media receta y quedó más compacta, pero estaba bien rica.


      Ahora el reto es encontrar los arándanos frescos, o al menos congelados, pero solo arándanos. Que eso de ir espulgando una bolsa de frutos rojos, como que no tiene mucho sentido.
      Si alguien sabe dónde los venden por Madrid, que deje un comentario en esta entrada, por favor. Mi familia os lo agradecerá eternamente.



      De todos modos, como me he quedado con las ganas de hacerla sin arándanos, creo que la próxima vez probaré a hacerla solo con manzana, seguro que también le gusta a los demás, y yo podré disfrutarla muchísimo más.



      Ingredientes

      • 125 g de mantequilla fría en cubitos
      •  225 g harina para bizcochos (con levadura incluida)
      •  125 g azúcar moreno
      • 50 g azúcar
      • 2 huevos
      • Una pizca de sal
      • 2 manzanas tipo granny smith partida en gajos
      • 125 g de arándanos
      • 2 cucharadas de mermelada de melocotón

      Preparación

      Preparamos el horno a 190º y un molde tipo plum cake engrasado con mantequilla.
      Pelamos, descorazonamos y partimos en gajos la manzana. 
      Tamizamos la harina y la sal y la ponemos junto con la mantequilla y mezclamos en una procesadora o mezcladora hasta que parezcan migas de pan. 
      Añadimos los dos tipos de azúcar y los huevos y mezclamos hasta que esté cremoso.
      Ponemos la mitad de la mezcla en el molde y la mitad de los arándanos y las manzanas. Añadimos el resto de la masa y colocamos la fruta por encima.
      Horneamos en el centro del horno 1 hora o hasta que veamos que ha subido bastante y está firme al tocarla. Podéis comprobarlo pinchando con un palito y si sale limpio es que está listo.
      Calentamos la mermelada y con un pincel pintamos la tarta nada más sacarla del horno. La dejamos enfriar unos 10 minutos antes de sacarla del molde y dejarla enfriar completamente sobre una rejilla.
      Esta tarta se puede comer tanto fría como caliente.
      No se porqué pincelé la mermelada antes de hornear, aunque no creo que cambie mucho el sabor final tendré que repetirla para comprobarlo. En mi casa desde luego no creo que se quejen por que repita esta receta.


      Celiacos 

      Se puede realizar esta receta con la harina Mix Dolci. Me parece que queda un poco más jugosa que la versión con gluten, aunque quizá sea porque solo hicimos la mitad de la receta.
      Muy recomendable. A mi me gustó más incluso, con lo rarita que soy yo para las cosas sin gluten...

      Tutorial de tarta con forma de libro

      $
      0
      0
      Una amiga de mi hermana quería hacerle un regalo a su compañero de piso, muy fan de Harry potter, por lo que nos pidió esta tarta con forma de libro para celebrar su cumpleaños.
      Como a las dos nos gusta mucho esta historia, nos encantó poder hacerlo. Además aprovechaba para hacer cosas que no había tenido oportunidad de hacer aún, forrar tartas cuadradas y pintar con colorantes en polvo.
      Siempre se me olvida ir haciendo fotos del proceso, me concentro y no me acuerdo de nada más. Pero esta vez intenté hacer algunas para poder poneros el paso a paso.


      Ha sido la primera tarta que hago cuadrada y además esculpida utilizando la receta de chocolate extremo.
      Esta receta me da un poco de respeto en cuanto a cortarla, ya que al ser tan sumamente jugosa, se hace un poco difícil de manejar. Pero al final no fue tan desastroso como esperaba.
      Eso si, primero intenté cortarlo con el nivelador y terminé utilizando el cuchillo grande de sierra de cortar el pan. Mucho más fácil de manejar.
      La tarta la hice en un molde rectangular de 33 x 23, con dos tartas de chocolate extremo, relleno y cubierto con ganache de chocolate.
      Recordar que el bizcocho hay que hornearlo un día antes para que se enfrié bien y asiente la miga.


      1 - Para no ensuciar la base de migas y ganache, ponemos unas tiras de papel de horno debajo del primer bizcocho, por los lados, que cubra bien la base. 
      Ponemos un poco de ganache en en centro de la base y colocamos la tarta.
      Extendemos el ganache sobre la primera tarta y colocamos encima la otra. Presionamos sobre ella para asegurarnos que el ganache se asiente bien y no salga después por los lados. Mejor que salga ahora que cuando la tengamos cubierta.
      Siempre coloco la segunda tarta del revés, para que la parte lisa quede arriba.

      2 - Medimos el largo para poder localizar el centro donde empezar a cortar la tarta y lo señalamos pinchando unos palillos en ambos extremos.
      Cortamos justo por el centro, con cuidado de no partirlo del todo y empezamos a darle forma, cortando trozos de cada lado, poco a poco para no pasarnos.

      3 - Recortamos la zona externa y nos aseguramos que los laterales estén bien nivelados.
      Si algo no queda totalmente nivelado y recto, se puede arreglar luego con el ganache.

      4 - Para cubrir este tipo de tarta, suelo utilizar el ganache cuando aún no se ha enfriado del todo. Incluso si ya está frio y más durito, lo caliento unos segundos en el micro, para poder extenderlo bien sobre la tarta sin que se me desmigue en exceso.
      Ahora mismo hace suficiente frío como para el ganache se endurezca, pero si hace calor, hay que meterla un rato en la nevera. 
      Cuando se enfría y endurece esta primera capa ya le doy una segunda de ganache para que quede bien lisito.


      5 - Se le puede hacer un agujero para la parte del lomo del libro. Aunque a mi me quedó un poco pequeño porque lo hice con miedo, y no quedó muy realista (a ver quien es el listo que cierra ese libro jeje), pero tampoco es plan de perder todo el bizcocho por el camino.
      Retiramos con cuidado el papel de horno y limpiamos bien todo lo que se haya ensuciado.

      6 - Ahora toca extender el fondant para forrar la tarta. Como siempre hay que asegurarse del tamaño a cubrir, midiéndolo para no quedarse cortos.
      Si el ganache está ya totalmente seco, pincelamos con un poco de agua caliente para que pegue bien el fondant.
      Extendemos el fondant y lo colocamos sobre la tarta. Cuando son tartas grandes enrollo el fondant en el rodillo y lo voy colocando poco a poco para que no se deforme.
      Antes de nada, ajustamos el centro del libro, hundiéndolo por el centro y nos vamos a las esquinas. Ajustamos primero esa parte y después el resto, para que no se formen pliegues raros.
      Con las palas alisadoras dejamos todo bien lisito, sin olvidarnos de presionar también por la parte central del libro para marcar bien esa zona.
      Con la parte plana de la pala alisadora, presionamos alrededor de toda la tarta, hacia la base, para reducir el grosor del fondant y poder cortarlo con un acabado más suave.
      Esta vez no utilicé un cuchillo o bisturí para el corte, sino una esteca con forma de cuchillo con la que pienso seguir trabajando de aquí en adelante. Hace un corte perfecto. Podéis ver la esteca que os digo en la foto.

      7 - Con una esteca con bolita pequeña, forzamos un poco el fondant en la parte del agujero central hacia dentro, con cuidado de no romperlo.
      Con una esteca marcadora, un palillo o punzón, marcamos líneas al rededor de toda la tarta para simular las hojas del libro.

      8 - Tomamos medidas de cada mitad de la tarta, para hacer unas hojas de fondant que den más realismo de páginas a nuestro libro.
      El método que utilicé para esto fue recortar dos folios en esas medidas para utilizarlas como plantilla. 
      Extendemos fondant muy fino, colocamos la plantilla encima y cortamos alrededor de ella. Enrollamos el fondant en un rodillo para que no se deforme al trasladarlo y lo colocamos con cuidado sobre la tarta.


      9 - Enroscamos un poco las esquinas para darle un poco de vida y ponemos un trocito de papel de cocina o servilleta haciendo tope para que se mantenga en su sitio.
      Podéis añadirle también un triangulito de fondant en las esquinas que quedan descubiertas para que parezca que hay otra hoja debajo y tapar las esquinas.

      10 - Cortamos unas tiras de fondant marrón para hacer las tapas del libro y las vamos pegando a la tarta con un poco de agua o pegamento comestible.
      En las esquinas cortamos en inglete y en la parte central dejamos un espacio para colocarle un cordón.

      11 - El cordón lo podemos hacer con dos tiras de fondant o con la pistola de fondant y el disco con los tres círculos juntos.

      12 - Por último, con colorante marrón en polvo, pincelamos suavemente las esquinas y bordes para darle aspecto de viejo.
      Para que no se cargue mucho el pincel, podemos ir poniendo pequeñas cantidades de colorante sobre una servilleta e ir cogiendo el colorante desde ahí.


      Ya podéis adornar el libro con lo que queráis. Un texto o elementos del argumento del libro.
      Mi hermana hizo la varita y el giratiempo. Se empeñó en hacer el giratiempo a pesar de ser algo bastante complicado, pero bueno, al menos parece que aguantó con la glasa que unía las partes. No utilizó nada que no fuese comestible. 
      También hizo las letras a mano, sin cortadores, recortando una a una con un bisturí. Se está convirtiendo en toda una experta en tipografías.
      Yo hice el sombrero seleccionador, la snitch, y la bufanda de Gryffindor. En la snitch utilicé alambre para flores, para poder hacer las alas.
      Los elementos dorados además llevan spray dorado para darle ese brillito tan bonito que tienen.


      Aunque se que no hice fotos de todo, espero que se entienda bien el proceso. Ya sabeis que siempre podéis hacer las preguntas que queráis en los comentarios de esta entrada, que intentaré ayudar en lo que pueda y contestar todas las preguntas o dudas.

      Estreno de El Hobbit

      $
      0
      0
      Ya se que lo que toca es poner recetas navideñas, pero este año para mi hay un evento especial que se repetirá los próximos dos años, tal y como vivimos hace ya más de 10 años, con El señor de los anillos. Por supuesto me refiero al estreno de El Hobbit.


      Como estas semanas no he tenido ni un momento libre para buscar una nueva receta (aunque estoy experimentando con turrones), y tengo unas cuantas fotos de tartas varias, aprovecho para hacer una entradita rápida.
      Hace unas semanas hicimos una maratón de las versiones extendidas de las tres películas, como preparación para el estreno, al que llevé unos cupcakes temáticos.
      Y ayer, 14 de diciembre, fuimos al estreno de la primera parte de El hobbit. Tantos años esperando el estreno de esta película y por fin ya estaba aquí el día.


      Como no tenía mucho tiempo, ya que tenía dos días de trabajo por medio y unas tartas, tuve que desechar la idea original de adornar las galletas con Dardo, la "espada" de Bilbo, y pasar a algo más rápido, que además quedaba genial con las galletas redondas que ya tenía preparadas.
      Les hice su papelería para el envoltorio y todo para que el que quisiera las pudiera guardar como recuerdo.
      Creo que no hace falta decir que nos lo pasamos genial y disfrutamos mucho de la película, aun con los añadidos y cambios extraños de la historia original, que por otro lado han sido menos de los que temía.


      Creo que no me acordé de publicar la tarta exprés que hice este verano para el cumpleaños conjunto de varios amigos. Solo la puse en el facebook, que despiste. Pero ahora viene que ni pintada para rematar el tema Tolkiendil.


      Estas semanas además hemos tenido bastante ajetreo con el tema tartas para amigos y familiares. Incluso hay tartas hechas por mi hermana y mi madre, de las que también os pongo fotillos.

      Tarta para el XX aniversario de Protección Civil de Villanueva de la Cañada.


      Tarta ultrarosa para el cumple de Mireya. Empecé planeando una tarta de un piso, pero como le gustan las princesas, me parecía poco para una princesa y terminé haciéndola de dos.


      Tarta de Frankie de las Monster High para Ivayla. Solo la cara me costó más de un día de trabajado terminarla, pero me gusta bastante como ha quedado, así que ha merecido la pena el esfuerzo.


      Estos cupcakes de Canción de Hielo y Fuego los hizo mi hermana, al igual que la tarta del "Amazing  horse", un vídeo muy raro que hay por Internet del que no sabía de su existencia hasta ahora.


      Y esta tarta de Draculaura la hizo mi madre para una amiga suya, un poco a última hora y con prisas. Nos juntamos con tres tartas en la misma mesa. Casi me da un soponcio.
      Le ayudé un poco con las pestañas y la nariz, pero el resto es todo obra suya.


      Ya sabéis que todas las cosas que vamos haciendo las pongo en la sección de Encargos, pero a veces pasan un poco desapercibidas al tenerla como página fija y no como blog.

      Cupcakes de turrón de Jijona

      $
      0
      0
      Estando aún en verano mi hermana empezó a decirme que tenía que hacer unos cupcakes de turrón estas navidades, de los dos tipos, del blando y del duro. Me sacó el tema varias veces. Menuda obsesión. No se adelanta ni nada la niña... Y yo aún pensando en arena de mar y solecito.
      La idea era combinar un bizcocho de miel y almendras con una crema de turrón o miel, sin utilizar preparados de ningún tipo. Con ingredientes corrientes y fáciles de encontrar en cualquier tienda.


      Con esta idea he hecho algunos experimentos en el horno hasta conseguir un buen bizcocho, esponjoso y con sabor a miel y almendra.
      La primera prueba dio como resultado un bizcocho demasiado denso y aceitoso para mi gusto, sabía más a mazapán que a otra cosa y aunque a mi me madre le gustó mucho, a mi no y tampoco era lo que estaba buscando.
      Ya que la almendra molida tiene mucha grasilla, decidí suprimir la mantequilla y el aceite. Y añadirle bicarbonato además de levadura.


      Al final resultó un bizcocho rico rico y encima sin mucha grasa ni azúcar.  Justo lo que estaba buscando.
      El próximo será de turrón duro, con unas pequeñas modificaciones de este mismo.
      Espero tener tiempo para hacerlo, ya que el que a mi me gusta es el duro. El blando nunca me ha hecho mucha gracia y el ganache, aunque suaviza el sabor del turrón, para mi sigue siendo demasiado empalagoso.


      Lo bueno de estos cupcakes es que no tienes que pringarte los dedos al comerlo, que es lo más tremendo de este turrón, con acercarte un poco a la tableta ya tienes todas las manos llenas de aceite. En cupcake le quitas el papelito y te lo comes sin tener que tocar nada de nada.

      Ingredientes
      Bizcocho
      • 100 gr de harina de trigo
      • 100 gr de harina de almendra
      • 50 gr de azúcar
      • 50 ml de leche
      • 2 huevos grandes
      • 150 gr de miel (1/2 taza)
      • 1 cucharadita de levadura
      • 1 cucharadita de bicarbonato
      Ganache de turrón
      • 200 gr de turrón blando
      • 200 ml de nata
      Preparación

      Calentamos el horno a 175º y preparamos las capsulas en la bandeja de cupcakes.
      Tamizamos las harinas, la levadura y el bicarbonato y reservamos.
      Mezclamos los huevos con el azúcar, añadimos la miel y seguimos mezclando hasta que esté bien incorporado.
      Añadimos la harina con levadura y bicarbonato poco a poco a velocidad baja, intercalándola con la leche.
      Llenamos las cápsulas no más de 2/3 y horneamos durante 20 minutos o hasta que estén doraditos.

      Para el ganache de turrón, lo hacemos igual que el de chocolate. Calentamos la nata hasta que rompa a hervir y ponemos el turrón blando en trocitos pequeños. Con unas varillas removemos bien hasta que esté derretido por completo y dejamos enfriar.
      Yo utilicé el de Mercadona, sin gluten, que tiene trocitos de almendra. Para que no se nos atasque en la boquilla, podemos triturarlo antes, aunque yo lo dejé así con los trocitos.
      Cuando esté frio lo batimos, como si fuésemos a montar nata. Si no termina de coger cuerpo y espesar, lo metemos un buen rato en la nevera y volvemos a batirlo. Tiene que tener consistencia para que al decorar los cupcakes mantenga la forma.

      Tarta de coco

      $
      0
      0
      Quería haber publicado esta receta el 26 de diciembre para celebrar el primer cumple blog, pero entre unas cosas y otras se me pasó el día. Que desastre.
      Pues sí, hace ya un año que empecé a escribir este blog, con el simple propósito de ir guardando recetas que me pedían los amigos y tenerlo todo un poco organizado, que yo soy muy desastrosa con estas cosas y voy apuntando recetas en hojas sueltas y vete tu luego a encontrarlas.


      Y yo que esperaba que me regalaran algo para celebrar mi cumple blog y soy yo la que ni se acuerda.
      Por suerte en casa celebramos el 24 de diciembre en lugar de los Reyes Magos, así que he tenido regalitos igualmente; un trípode nuevo, que el que tenía lo compré cuando empecé a estudiar fotografía, allá por el pleistoceno. Un calendario de El Hobbit y un vale para comprar una impresora de tinta comestible que tenía ya mirada en amazon, pero que por desgracia ha subido más de 30 euros en unos días y ando dándole vueltas aún.
      Si alguien tiene impresoras de tinta comestible y puede darme algún consejo, bienvenido sea.


      Después de este rollo que os he metido, os traigo la receta que hice para la cena de Nochebuena, del libro de Primrose. Lo se, me repito mucho con este libro, pero es que todo tiene una pinta tan buena que no puedo resistirme.
      Esta vez elegí una tarta de coco. Me encanta el coco, pero creo que hasta ahora no había hecho nada con coco y ya iba siendo hora.


      Lo malo es que el coco no es muy ligero que digamos y para la cena del 24 creo que fue un poco excesivo. Muy rica, más de lo que esperaba, pero un poco pesada para este tipo de ocasión. Y eso que pensé que iba a estar seca y densa porque pesaba montones y antes de hornearla aquello parecía más un puré de patatas que una masa de tarta.


      No os asustéis si al hacerla os parece que más que una masa parece un engrudo, es normal, luego saldrá una estupenda tarta de coco, muy firme y perfecta para cubrir. Eso si, una vez la partes se desmiga bastante, así que hacerlo con cuidado.


      Ingredientes
      Bizcocho
      • 375 gr de harina bizcochona (con levadura incluida)
      • 170 gr de coco rallado
      • 150 ml de agua
      • 250 gr de mantequilla
      • 330 gr de azúcar
      • 1 cucharadita de vainilla
      • 4 claras de huevo
      Buttercream de vainilla
      • 250 gr de mantequilla sin sal
      • 300 gr de azúcar glas (icing sugar
      • 1 cucharadita de vainilla
      Preparación

      Calentamos el horno a 180º y preparamos dos moldes de 20 cm. Los engrasamos y ponemos papel de horno en la base para que sea más fácil desmoldar.
      Ponemos el coco en un recipiente con el agua, removemos un poco para que se mezcle bien y absorba todo el agua y reservamos.
      Batimos la mantequilla con el azúcar y la vainilla unos 10 minutos, hasta que aclare y esté esponjoso.
      Añadimos las claras una a una y por último el coco y la harina.
      Lo colocamos en los moldes, con una espátula lo aplanamos bien para que quede bien liso.
      Horneamos durante 40-45 minutos, hasta que veamos que está doradito. Comprobamos de todos modos que esté totalmente hecho pinchándolo con un palito, si sale limpio es que ya está.
      Dejamos enfriar unos 10 minutos en el molde y lo sacamos sobre una rejilla para que enfríe totalmente.
      Como creía que estaba un poco seco, preparé un poco de almíbar con 100ml de agua y 100 de azúcar, un poquito de vainilla y una pizca de coco rallado. Por si queréis hacerlo, se calienta en un cazo hasta que se disuelve el azúcar y se pone con cuidado sobre los bizcochos.

      Para la buttercream batimos la mantequilla con el azúcar hasta que aclare y esté esponjoso. Añadimos la vainilla y batimos un poco más.
      Recordar que se tiene que batir durante mucho tiempo para que aclare y no sepa a mantequilla. Lo ideal es hacerlo con la pala mezcladora, pero si lo hacéis con batidora de varillas tendréis que batir mucho rato hasta conseguir la consistencia adecuada.

      Tarta muy recomendable si os gusta el coco, claro. Se me ocurrió llevar un trozo a casa de mi padre y a nadie le gustaba el coco, menudo "éxito" que tuvo. Menos mal que en casa si nos gusta el coco, que si no a ver como me como esa tarta tan enorme yo sola.

      Cupcakes de turrón de Alicante

      $
      0
      0
      ¡Feliz  año nuevo 2013! Desde aquí os deseo todo lo mejor para este año que comienza. Que todos vuestros sueños se cumplan y vuestros proyectos prosperen favorablemente.
      Seguro que si el año pasado no fue todo lo bueno que esperabais, este lo será. El numero 2013 me da muy buenas vibraciones, ¿a vosotros no? Quizá sea porque el 13 es mi número favorito y no sea muy objetiva *^^*



      Un poco más y se me acaban las navidades sin que hiciese la segunda parte de los cupcakes de turrón. Ya se sabe que en estas fechas es cuando menos tiempo libre se tiene al final, porque entre cenas con amigos, familia, y salidas varias, te encuentras con que es día 7 de enero y no has tenido apenas tiempo para hacer todo lo que querías hacer.



      La idea de mi hermana para los cupcakes de turrón duro era utilizar el mismo bizcocho de los cupcakes de turrón blando, con el añadido de las almendras y la decoración a base de un merengue con miel, que le da más aspecto y sabor a este tipo de turrón.



      Menuda odisea fue hacer el merengue. No tenía ni idea de que se fuera a caramelizar tanto mientras lo vertía  sobre las claras. Tenía que haberle hecho una foto a las varillas de la mezcladora, porque se quedó como una especie de telaraña de caramelo por toda la parte superior, que daba miedo solo pensar en tener que limpiarlo luego.
      Menos mal que todo se va con agua caliente, aunque creo que tardé más en lavar todos los cacharros que en hacerlo.

      Por cierto, no utilicéis una boquilla pequeña o muy cerrada. Se me ocurrió hacerlo con la 2D y se me taponó con el primer cupcake. Tuve que cambiarlo todo a la boquilla 1M.


      Ingredientes
      Bizcocho
      • 100 gr de harina de trigo
      • 100 gr de harina de almendra
      • 50 gr de azúcar
      • 50 ml de leche
      • 2 huevos grandes
      • 150 gr de miel (1/2 taza)
      • 1 cucharadita de levadura
      • 1 cucharadita de bicarbonato
      • 30 gr de almendras fileteadas
      Merengue con miel
      • 200 gr de azúcar
      • 100 gr de miel
      • 50 ml de agua
      • 2 claras
















      Preparación

      Calentamos el horno a 175º y preparamos las capsulas en la bandeja de cupcakes.
      Tamizamos las harinas, la levadura y el bicarbonato y reservamos.
      Mezclamos los huevos con el azúcar, añadimos la miel y seguimos mezclando hasta que esté bien incorporado.
      Añadimos la harina con levadura y bicarbonato poco a poco a velocidad baja, intercalándola con la leche.
      Por último incorporamos las almendras fileteadas y mezclamos todo bien con una espátula.
      Llenamos las cápsulas no más de 2/3 y horneamos durante 20 minutos o hasta que estén doraditos.
      Poned atención al horno porque se pasan rápidamente. Están cuando huele a miel, cuando se pasan  empieza a oler a caramelo quemado y os puede pasar como a mi en esta ocasión, que el primer día están estupendos pero al haberse cocinado tanto, al siguiente se pusieron bastante duritos.

      Para preparar el merengue de miel, ponemos el azúcar, la miel y el agua en un cazo, mezclamos todo bien y calentamos a fuego medio (sin volver  a remover)  hasta que alcance los 130º, o hasta conseguir lo que se llama almíbar a punto bola dura, antes de que se convierta en caramelo.
      Batimos las claras a punto de nieve y sin dejar de batir añadimos el almíbar muy poco a poco, dejamos que vaya cayendo en un pequeño hilo constante.
      No tardéis mucho en añadir el almíbar, porque según se va enfriando se solidifica según cae y os puede pasar lo que a mi al final del todo. La varilla parecía una telaraña con hilos de caramelo que me llevó un buen rato limpiar después.
      Yo aproveché las almendras del bizcocho para decorar por encima del merengue, aunque podéis utilizar turrón machacado también, que seguro que queda genial.


      Roscón de Reyes sin gluten

      $
      0
      0
      ¡¡Feliz día de Reyes!!

      Aunque por mi casa nunca se pasan estos tres señores (mal rayo les parta... desde el cariño y el respeto, eh?), siempre nos juntamos a la cena para comer roscón. Cenamos solo roscón, con chocolate estilo colombiano, no a la taza que se acostumbra en España, que solo me gusta si es para mojar churros. Nos ponemos morados a roscón. Hay que aprovechar que solo se come una vez al año y nosotros lo aprovechamos pero bien.


      Esta vez os traigo el roscón sin gluten definitivo. Desde aquí toda mi admiración hacia Nuria, del blog Sin gluten. Mi hermana ha estado alucinando desde el primer trozo que se ha comido.
      Desde ayer que me puse a levar la masa mi hermana ha estado rondando como un león enjaulado esperando lanzarse a por él.
      El año pasado los que probé no estaban muy buenos. Hubo uno que estaba muy bueno pero ultra seco incluso recién horneado, y claro, la pobre no pudo disfrutar como el resto.


      Aunque la receta la tenéis en el blog que os puse más arriba, la voy a poner aquí resumidita para hacerla con mezcladora o a mano. La receta original tiene además la posibilidad de hacerla con panificadora, por si a alguien le interesa.
      Lo único que he cambiado ha sido el agua de azahar, que yo he preferido utilizar esencia.


      Ingredientes
      • 200 gr de harina Proceli
      • 50 gr de harina de garbanzo (no encontré y molí los garbanzos)
      • 1 sobre de levadura seca
      • 2 huevos a temperatura ambiente
      • 90 ml de leche (tibia)
      • 80 gr de mantequilla ablandada
      • 50 gr de azúcar
      • 38 gr de azúcar invertido
      • 1 cucharada de vinagre
      • Ralladura de 1 naranja
      • Ralladura de 1 limón
      • 1 cucharadita de esencia de azahar (se encarga en farmacias)
      • Almendra laminada
      • Frutas escarchadas
      • 1 huevo batido
      • Azúcar
      • Agua de azahar
      Preparación:

      Antes de nada tendréis que hacer el azúcar invertido si no lo tenéis ya. Se tarda un buen rato, sobre todo porque tiene que enfriarse, así que yo recomendaría tenerlo hecho el día antes.
      La receta la tenéis también en la web de Sin gluten, está muy bien explicada con fotos, así que pasaros por allí antes de nada. Necesitareis azúcar, agua y gasificante o  gaseosa (son dos sobrecitos, uno blanco y otro morado que van juntos, o uno blanco y otro amarillo).

      Empezamos con el roscón. Si no encontráis harina de garbanzo sin gluten, podéis moler unos garbanzos (crudos) con una picadora hasta que quede un polvo muy fino.
      Mezclamos las dos harinas con el azúcar y la levadura. Reservamos.
      En la mezcladora ponemos la leche tibia, los huevos, el azúcar invertido, mantequilla, vinagre, ralladura y la esencia de azahar y lo mezclamos todo.
      Añadimos la mezcla de harinas y amasamos durante 10 minutos. Podemos utilizar el gancho de la mezcladora o hacerlo a mano.
      Cubrimos el recipiente con un paño y dejamos que la masa doble su volumen poniéndola en un lugar cálido. Si veis que tarda más de dos horas, podéis acelerar el proceso poniéndola en el horno a 35º, con un recipiente con agua dentro para que no se reseque mucho.
      Cuando ya haya levado, nos mojamos las manos para manejar la masa. Formamos una bola y la colocamos sobre papel de horno. Hacemos el agujero del centro y le damos forma de roscón abriendo el agujero y alisándolo todo lo que podamos. Veréis que el aspecto es un poco extraño, como a bultos. Intentar dejarlo lo más liso que podáis.
      Dejamos levar de nuevo hasta que doble su volumen.
      Cuando haya aumentado, pincelamos con huevo batido y lo adornamos con las almendras laminadas, frutas escarchadas y azúcar humedecido con agua de azahar.
      El azúcar si que lo humedezco con agua de azahar, el del botecito azul que venden en los supermercados, no con la esencia.


      Precalentamos el horno a 250º arriba y abajo. Cuando esté a esa temperatura la bajamos a 210º y metemos el roscón. Horneamos durante 20 minutos, controlando que no se queme mucho por arriba. Si nos pasa, abrimos el horno y colocamos papel de aluminio por encima.
      Yo lo hornee con el recipiente con agua en el centro y se me quedó esa parte un poco cruda, por eso luego se quemó un poco el resto. Así que si colocáis un recipiente ponerlo en otra bandeja debajo o hacer el agujero más grande para que deje hacerse la masa de esa parte.

      El año pasado el roscón de reyes fue de mis primeras recetas, podéis encontrarla aquí,  pero este año decidí hacer otra distinta aunque bastante similar, la de Webos fritos.
      No paraba de ver alabanzas a su receta, así que me decidí a probarla. No he notado muchas diferencias con la que hice (que por cierto estaba bien bueno) pero en la segunda hornada he hecho algunos cambios para mejorarlo.


      Añadí el zumo de media naranja y en lugar de agua de azahar, esencia, una cucharadita solo.
      La esencia la compré en la farmacia, mucho más intensa que el agua de azahar, que me resultaba demasiado sosa. Lo malo es que está a precio de oro. Me costó 21 euros y solo dura un año.
      Si os gusta con sabor más intenso de azahar, podéis ponerle una cucharadita y media, que es como más le ha gustado a mi madre, pero a mi me parece que así queda demasiado perfumado.

      Espero que los reyes se hayan portado mejor con vosotros y os trajeran muchos regalitos. Debe ser que no les gusta nada que en casa celebremos el 24 y se nos saltan en su recorrido.
      Ya me contareis que tal estaban vuestros roscones ^^

      Tarta de chocolate con buttercream de fresa

      $
      0
      0
      Parece que después de las fiestas no he sacado nada del horno, pero alguna que otra cosilla ha caído, aunque ninguna receta nueva que poder traeros. Ya sabéis que cuando algo gusta, no hay manera de hacer algo distinto.
      Este fin de semana teníamos visita y una oportunidad para probar algo nuevo. Esta vez  quería hacer alguna tarta de las altitas, las llamadas layer cakes, aprovechando que me compré 3 moldes de 15 cm a los que aún no había dado uso.


      Como últimamente parece que solo recurro a los libros para probar nuevas recetas, me he pasado por algunas de las páginas a las que sigo, como la de Sweetapolita, que seguro muchos conoceréis ya.
      Tiene unas fotos estupendas. Con lo vaga que soy yo a la hora de hacer fotos que ni las ambiento ni nada... Pero que conste que es porque normalmente voy con prisas y no me da tiempo a mucho más. Esta tarta la terminé unos minutos antes de que llegasen los invitados. Por poco me toca fotografiar las migas.
      Como siempre, he hecho algunos cambios. No soy muy amiga del café, me da miedo ponerlo y que solo sepa a eso, así que lo mezclé con agua para suavizarlo un poco.


      Desde que descubrí la receta de la tarta de chocolate extremo, no me piden otra y quería probar alguna receta distinta, a ver si por un casual encuentro una más manejable pero igual de buena y esponjosa.
      Por desgracia, o suerte, ha terminando siendo muy parecida, buenísima pero desmigable y difícil de manejar. Sin mencionar que es igual de líquida y necesita de moldes sin fisuras, de lo contrario se podría salir, como me pasó a mi. Por suerte solo fue un poco y no me tocó repetirla.
      Tendré que buscarme otros moldes de este tamaño, porque parece que todas las recetas que hago son igual de líquidas y termino dejando la bandeja del horno perdida.


      La buttercream de fresa no es con fresas naturales, sino con pasta de fresa, que desde que la descubrí no falta en casa. El resultado ha sido sorprendente, porque en lugar de quedar ultra dulce, tiene el toque ácido de las fresas, haciendo un contraste estupendo con el bizcocho de chocolate.
      El sabor me recuerda bastante al relleno de las galletas de fresa. Incluso adquiere la misma textura con el paso de las horas.
      Habrá que hacer alguna prueba con galletas a ver que tal queda. O con macaroons, con los que aún no me he atrevido y ya me va tocando.


      Ingredientes
      Bizcocho
      • 180 gr de harina de trigo
      • 275 gr de azúcar
      • 60 gr de cacao en polvo
      • 140 ml de buttermilk
      • 75 ml de aceite de girasol
      • 50 ml de café + 80 ml de agua (caliente)
      • 2 huevos (ligeramente batidos)
      • 1 cucharada de esencia de vainilla
      • 1 + 1/4 cucharadita de levadura
      • 1 + 1/4 cucharadita de bicarbonato
      • Una pizca de sal
      Buttercream de fresa
      • 375 gr de mantequilla
      • 450 gr de azúcar glas
      • 2 cucharaditas de pasta de fresa
      Chocolate derretido
      • 100 gr de chocolate para fundir
      • 60 gr de mantequilla
        Preparación

        Calentamos el horno a 180º y preparamos 3 moldes de 15 cm. Los engrasamos y colocamos papel de horno en la base para que nos sea más fácil a la hora de sacarlos.

        Si no tenemos buttermilk, podemos hacerla casera poniendo una cucharada de zumo de limón en la leche y dejándola reposar 10 minutos.
        Tamizamos los ingredientes secos en la un bol grande. Los mezclamos bien.
        Incorporamos el resto de los ingredientes y mezclamos durante dos minutos a velocidad media.
        Ponemos la mezcla en los tres moldes, con cuidado porque será bastante líquido.
        Horneamos durante 20 minutos, abrimos el horno y le damos la vuelta a los moldes para que se haga bien por todas partes. Horneamos durante 10 minutos más o hasta que veamos que al pinchar con un palito este sale limpio.
        Las dejamos enfriar en una rejilla antes de desmoldar.

        Para hacer la buttercream, tamizamos el azúcar glas (mejor icing sugar, que es más fino) y lo ponemos en la mezcladora junto con la mantequilla, que deberá estar blandita. Batimos unos 10 minutos o hasta que veamos que aclara y se pone esponjoso.
        Añadimos dos cucharaditas de pasta de fresa y batimos unos minutos más.
        Si no se va a utilizar en el momento, tendremos que batirlo de nuevo en el momento que vayamos a decorar la tarta, ya que se irá poniendo un poco dura y difícil de manejar.
        También podéis añadirle un chorrito de leche si os gusta con menos cuerpo.

        Cuando ya tengamos la tarta cubierta con la buttercream, preparamos el chocolate.
        Derretimos el chocolate junto con la mantequilla al baño maría o en el microondas a cortos intervalos de tiempo para evitar que se queme.
        Lo vertimos sobre la tarta con cuidado y dejamos reposar unos segundos para que endurezca.

        Si tenéis fresas naturales podéis utilizarlas para decorar la tarta, que no solo queda bonito, sino que están riquísimas.
          Viewing all 67 articles
          Browse latest View live